Segunda Parada: Berlín

Ayyy Berlín, debo confesar que amé esta ciudad, luego de Noruega nos fuimos Berlín, sin tener nada muy planeado, solo queríamos conocer, asi que partimos para allá y a diferencia de Noruega que es todo tan pero tan perfectamente ordenado y casi sin gente, Berlín se acerca un poco más a nuestra realidad de Santiaguinos, llegamos al Aeropuerto y debíamos irnos solitos al hotel, porque tristemente no nos esperaba nadie, asi que Pololo fue pedir un mapa a informaciones y a preguntar cómo nos podíamos ir a nuestro hotel, y le dieron las indicaciones que podíamos irnos en metro, asi que lo tomamos luego de dar unas vueltas ya fue chocante, porque no sabíamos dónde cresta comprar el boleto de metro, entonces vimos unas máquinas y había gente haciendo fila y cachamos que ahí se compraban y no sabíamos cómo hacerlo ni cuánto costaba, así que Pololo preguntó a alguién y esa persona amablemente nos enseñó, costaba como 3 euros parece, no recuerdo bien, pero nos dijeron que nuestro hijo no paga, porque allá no pagan hasta los 5 años y nos fuimos en metro al hotel.

Llegamos muertos, así que dejamos nuestras cositas y nos fuimos a almorzar, como a las 16 hrs. y era un barrio súper tranquilo, harta ciclovía y varios restaurantes por el sector y luego pasamos a un supermercado, más o menos pequeño y ahí yo ya a empecé a amar esta ciudad, porque encontré que todo era tan barato, de verdá que era barato, mucho más barato que acá, los chocolates, las cremas, las cervezas, la comida de gato oh dioh mio es que enloquecí en el super, así que compré cosas que ni necesitaba en el momento jejeje… obvio que le traje unas latitas de comida a mi cuchito que él amó con todo su corazón gatuno.

Primer día, nos dedicamos solo a recorrer el barrio, al día siguiente nos fuimos a conocer unas ferias que hacen los fines de semana allá, una especie de persa  Bio Bio, hacen varias y como llegamos el sábado, solo teníamos el domingo para esa actividad, así que entre todas las alternativas, elegimos MauerPark, y nos fuimos en metro de nuevo, pero acá fue distinto, cómo ya habíamos aprendido a comprar boletos, encontramos una máquina mala, y justo nos vio otra persona y nos recomendó comprar el boleto en una especie de boletería que estaba al frente nuestro, que además vendían revistas y recuerdos y la persona nos quedó mirando para que no nos equivocaramos, luego salimos y nos dijo que debíamos validar el boleto en otra maquina y que desde ahí empezaba a correr el tiempo, ya que el boleto sirve como por 90 minutos y chuta en ese momento cachamos que cuando tomamos el metro del aeropuerto al hotel nunca validamos jejeje… en fin, ah y ojo, en el metro de allá no hay torniquetes ni nada, llegas directo al andén y te subes, pero todos pagan, de vez en cuando fiscalizan, de las montones de veces que anduvimos en metro, solo una vez nos fiscalizaron en el vagón e increíblemente, todos habían pagado, otro punto a favor para la ciudad.

Esta iglesia estaba cerca de donde nos hospedamos, era impactante como quedó y el contraste con lo moderno de los edificios que la rodeaban.

Fuimos al Acuario, y es precioso, llegamos justo a la hora de almuerzo de los peces, por eso estaban todos mirando con la boca abierta.

Alexander Platz

Esta fuente hermosa está a la vuelta de Alexander Platz.

En un momento se puso a llover a cantaros, aquí con mi cachorro mientras ibamos camino a La Puerta de Brandeburgo.

Puerta de Brandenburgo.

Pedazos de muro por la ciudad, esto era cerca de un mall.

The real Muro 🙂 , tuve la suerte de sacar esta foto sin gente, porque anda muchísimo turista por acá.

Más del muro.

Esta era una maqueta en una estación de trenes en que entramos por equivocación jejeje… casi partimos a Amsterdam jajaja… le echamos 1 euro y los trenes empezaron a funcionar, cosa más lenda.

No pudimos entrar a este museo, recorrimos tanto ese día que llegamos tarde, pero frente a esto, esta calle tiene mucha información sobre el muro y edificios que aún están vigentes, con fotos, relatos, de todo.

 

 

En nuestra corta visita, caminamos un montón, salíamos a medio día y llegabamos tarde tipo 8 o 9, muertos de  cansados pero con el corazón llenito de emociones.

De Berlín me encantó la conectividad, la gente la encontré super amable, le sacan mucho provecho a su historia y siento que con  todo los que les ha tocado vivir han aprendido de todo lo malo,  todo está bastante limpio igual, los precios de las cosas en general es barato, comparado con Santiago, de hecho ahora me da depresión ver un catálogo de farmacia porque lo encuentro todo muy caro jejeje… Encontré que hay tanto por hacer allá que los días que estuvimos no fueron suficiente para nada, nos faltó tanto por recorrer…

Me arrepiento de:

Haber llevado tanta ropa, es más, de haber llevado ropa jaja…

No haberme traído más cremas, más chocolates,  más comida para gato jajaja…

No haberme tirado más sobre el pasto de los bellos parques que hay, bueno igual me tocó lluvia un día

Asi que recomiendo mucho visitar esta ciudad, les encantará, hay de todo y para todos los gustos.

No mostraré las cosas que compré porque igual es media latera ya que compré cosas para mi hijo y mi guagua que viene en camino, para mí no compré tanto, pero entre todos nos trajimos, cd, ropa, juguetes, imanes para la parentela, golosinas, cremas, etc.

Proxima parada Paris 🙂